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¿Cómo surgió el Dia de Muertos en México?

Cada año, sin importar adversidades, se celebra en México la festividad de Dia de Muertos.

De acuerdo con las costumbres y creencias de la población mexicana, el 1 de noviembre se recuerdan a los niños fallecidos y el 2 a los adultos; además, en algunas regiones desde el día 27 de octubre, recordamos a nuestras mascotas y animalitos que nos acompañaron en vida, esto con la creencia de que van abriéndoles camino a las almas que vienen a visitar a sus seres queridos, el 28 de octubre se rememora a aquellos que murieron por accidente o de manera trágica, el 29 de octubre se recuerda a aquellos que murieron ahogados, a olvidados y desamparados y el 30 de octubre a las almas de aquellos que murieron sin ser bautizados y permanecen en el limbo.



En la época prehispánica el culto a la muerte era uno de los elementos básicos de la cultura, cuando alguien moría era enterrado envuelto en un petate y sus familiares organizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido al Mictlán. De igual forma le colocaban comida que le agradaba en vida, con la creencia de que podría llegar a sentir hambre.

La celebración de los fieles difuntos en México tiene su origen en la época prehispánica. De acuerdo con los historiadores, los mexicas tenían varios periodos a lo largo del año para celebrar a sus muertos, los más importantes se realizaban al terminar las cosechas, entre los meses de septiembre y noviembre.


La sociedad azteca creía que la vida continuaba aun en el más allá, por eso consideraba la existencia de cuatro “destinos” para las personas, según la forma de morir. El arqueólogo Eduardo López Moctezuma los detalla de la siguiente manera:

El Tonatiuhichan o “casa del sol” era el sitio al que iban los guerreros muertos en batalla, los capturados para el sacrificio y las mujeres embarazadas.

El Tlalocan, un tipo de paraíso al que llegaban todos los que morían por el agua.

El Chichihualcuauhco, un espacio destinado para los bebés muertos, ahí eran amamantados por un enorme árbol nodriza hasta que “volvieran a nacer”.

El Mictlán, el reino de los muertos y destino de las personas que fallecían por causas no relacionadas al agua, la guerra o el parto.

Se pensaba que, para llegar a este último sitio, los muertos debían de realizar un largo proceso en el que eran ayudados por un perro.


Con la llegada de los españoles, el Día de Muertos no desapareció por completo, como otras fiestas religiosas mexicas. Los evangelizadores descubrieron que había una coincidencia de fechas entre la celebración prehispánica de los muertos con el día de Todos los Santos, dedicado a la memoria de los santos que murieron en nombre de Cristo.


La fiesta de Todos Santos inició en Europa en el siglo XIII y durante esta fecha las reliquias de los mártires católicos eran exhibidas para recibir culto por parte del pueblo.


También había una sincronía con la celebración de los fieles difuntos, realizada justo un día después de Todos Santos. Fue en el siglo XIV cuando la jerarquía católica incluyó en su calendario dicha fiesta, cuyo propósito era recordar a todos los fallecidos por diversas pandemias, como la peste negra que asoló Europa.


Hoy en día se colocan ofrendas y altares de diversos colores, olores, formas y tamaños, decorados con flores de cempasúchil, papel picado, calaveritas de azúcar, pan de muerto, mole o algún platillo que le gustaba a sus familiares a quien va dedicada la ofrenda, y al igual que en tiempos prehispánicos, se coloca incienso para aromatizar el lugar.


Asimismo, las festividades incluyen adornar las tumbas con flores y muchas veces hacer altares sobre las lápidas, lo que en apocas indígenas tenía un gran significado porque se pensaba que ayudaba a conducir a las ánimas a transitar por un buen camino tras la muerte.


La tradición también indica que, para facilitar el retorno de las almas a la tierra, se deben esparcir pétalos de flores de cempasúchil y colocar velas trazando el camino que van a recorrer para que estas almas no se pierdan y lleguen a su destino. En la antigüedad este camino llegaba desde la casa de las familias hasta el panteón donde descansaban sus seres queridos.



Como pudiste leer, la historia y origen del Día de Muertos es bastante extensa, se remonta a la época prehispánica y sobrevivió a la llegada de los españoles gracias a sus similitudes con las celebraciones católicas.

Esta tradición mexicana, llena de color, aromas y deliciosos sabores que raya más en una fiesta, es catalogada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pues da identidad a varios pueblos del país.

Mantengamos viva la celebración del Día de Muertos, una tradición que nos ayuda a recordar a todos nuestros queridos con color, fiesta, aromas, alegría y sabor.

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